El FC Barcelona afronta los últimos días del mercado de fichajes con la mirada puesta en dar salida a varios jugadores que no entran en los planes de Xavi Hernández. El club necesita aligerar la plantilla y también generar ingresos que ayuden a equilibrar las cuentas, lo que convierte estas semanas en un tramo decisivo para definir el proyecto deportivo de la temporada.
Entre los nombres señalados para abandonar la entidad figuran Oriol Romeu e Iñaki Peña, que no han logrado consolidarse en la rotación. Asimismo, algunos jóvenes de la cantera como Héctor Fort y Dani Rodríguez están cerca de salir, ya sea en forma de cesión o de traspaso con opción de recompra, en busca de minutos que difícilmente tendrían en el primer equipo.

En este escenario, ha surgido con fuerza la figura de Marc Casado, mediocentro formado en La Masia. El futbolista comenzó el curso con oportunidades interesantes, demostrando su capacidad de trabajo y su inteligencia táctica. Sin embargo, la recuperación de Frenkie de Jong, sumada al peso específico de Pedri y Gavi, le han relegado en la jerarquía del centro del campo. Su situación quedó reflejada en el último partido frente al RCD Mallorca, en el que fue suplente y no disputó ni un solo minuto. La inminente vuelta de Bernal tampoco juega a su favor.
Ante este panorama, varios clubes de la Premier League han mostrado interés en su fichaje. Según información de Matteo Moretto, desde Inglaterra ya han tanteado al Barça y la entidad catalana estaría dispuesta a negociar una salida si llega una oferta cercana a los 30 millones de euros, cifra que ayudaría considerablemente a sanear la economía azulgrana.

Sin embargo, el propio Casado ha tomado una postura firme: no quiere salir. El centrocampista es plenamente consciente de la competencia feroz que existe en su demarcación, pero también de las oportunidades que pueden aparecer a lo largo de una temporada tan exigente como la que afronta el Barça, con Liga, Champions, Copa del Rey y Supercopa en el horizonte.
Casado ha transmitido a su entorno más cercano que su prioridad absoluta es triunfar en el Camp Nou y que está dispuesto a pelear por cada minuto. Cree que su crecimiento pasa por competir diariamente con jugadores de talla mundial y que, tarde o temprano, su esfuerzo tendrá recompensa. Esa convicción frena, al menos por ahora, cualquier posibilidad de salida inmediata.

En el club valoran su actitud y profesionalidad, aunque no ocultan que una oferta de 30 millones sería difícil de rechazar. La dirección deportiva, encabezada por Deco, mantiene un delicado equilibrio entre la necesidad de hacer caja y la obligación de cuidar el talento formado en casa. En los últimos años, varias perlas de La Masia han tenido que buscar minutos lejos de Barcelona, pero la voluntad de Casado podría inclinar la balanza a su favor.
El caso refleja a la perfección la tensión que existe en el Barça entre lo deportivo y lo económico. Por un lado, Xavi desea contar con una plantilla amplia y competitiva, con canteranos que aporten frescura y compromiso. Por otro, la realidad financiera obliga a escuchar ofertas por casi cualquier jugador. De ahí que, aunque el futbolista no contemple marcharse, su futuro todavía no esté cerrado al cien por cien.
Los próximos días serán claves. Si algún club de la Premier decide apostar fuerte por Casado y llegar a la cifra que pide el Barça, la presión aumentará. Pero, de momento, el canterano resiste firme en su deseo: seguir vistiendo de azulgrana y ganarse su sitio en el primer equipo.
Lo que es seguro es que este final de mercado promete emociones fuertes en la Ciudad Condal. Entre salidas cantadas, operaciones de última hora y la incertidumbre sobre el futuro de jóvenes talentos como Casado, el Barça se juega mucho más que fichajes: se juega parte de su identidad.



