El exguardameta azulgrana ha roto su silencio tras dejar el club el pasado verano. Sus palabras no han dejado indiferente a nadie, y revelan una verdad incómoda que conecta directamente con su etapa más complicada como culé.
😶🌫️ Un portero marcado por la irregularidad
Iñaki Peña llegó al primer equipo del Barça, tras una larga etapa en el futbol base, con la etiqueta de sucesor de Ter Stegen, pero su camino estuvo lleno de obstáculos. A pesar de disputar 25 partidos oficiales, nunca consiguió asentarse como titular indiscutible y vivió una montaña rusa de confianza y minutos.
Cuando parecía que su oportunidad había llegado, la dirección deportiva dio un giro inesperado con la incorporación de Wojciech Szczęsny, un fichaje polémico que relegó al alicantino al banquillo en el tramo decisivo del curso.
💥 El golpe de Flick y la sensación amarga
Hansi Flick apostó por la experiencia del polaco, incluso a costa de apartar a Peña tras varios meses de protagonismo. El propio portero confesó que la decisión le dejó una cicatriz difícil de curar: “Jugué 25 o 26 partidos, pero se te queda una sensación amarga al estar sin jugar los últimos meses”.
Esa falta de continuidad, unida a la presión de competir en un equipo que exigía el máximo nivel en plena lucha por la Champions, fueron minando poco a poco la confianza del meta.
⏳ El Barça le pidió paciencia… demasiado tarde
La salida del portero no fue sencilla. Con la lesión de Ter Stegen y la posterior operación de Joan García, todo parecía indicar que Iñaki tendría minutos extra en el inicio de temporada. Sin embargo, el guardameta ya había tomado su decisión: necesitaba un cambio inmediato.
El Barça trató de convencerlo para que esperara a que los trámites de inscripción se resolvieran, pero él mismo reconoció: “Lo iba a poner fácil porque tengo contrato, pero necesitaba sumar los mayores partidos posibles y tener continuidad”.
🏠 El regreso a casa con el Elche
La decisión final estuvo marcada por algo más que lo deportivo. Peña eligió al Elche por cercanía familiar —es de Alicante y su entorno también— y, sobre todo, por la figura de Eder Sarabia. Con el técnico ya había coincidido en Villarreal y en el Barça, y esa confianza resultó clave: “Me dio confianza y me dijo que me esperaban, algo que no hacen todos los clubes”.
Además, el meta llegó con un objetivo claro: recuperar sensaciones y convertirse en pieza importante dentro del proyecto franjiverde. Aunque la competencia con Matías Dituro será alta, Peña lo tiene claro: ha llegado para jugar y para liderar.
🧠 El motivo oculto: bienestar personal
Más allá de los números y la estadística, Iñaki Peña desveló el verdadero motivo de su marcha: el bienestar personal. El guardameta reconoció que su etapa en el Barça había llegado a un punto insostenible a nivel mental.
“Salir era una cuestión de bienestar personal”, sentenció en su presentación. Con estas palabras, dejó claro que más allá de la gloria deportiva, lo que necesitaba era un entorno donde volver a sentirse futbolista, con minutos, confianza y motivación.
🔮 Un futuro lejos del Camp Nou
A pesar de que las lesiones de Ter Stegen y Joan García le hubieran podido abrir hueco esta temporada, Peña asegura no arrepentirse. No piensa en su vuelta al Barça como trampolín inmediato: “Necesitaba un cambio y una motivación nueva”.
Su presente está ligado al Elche y a un proyecto que, sorprendentemente, ha arrancado fuerte en liga. Un nuevo comienzo que el meta alicantino afronta con la ilusión de ser protagonista, algo que nunca logró consolidar en el Camp Nou.
