Durante semanas, el nombre de Nico Williams sonó con fuerza en Can Barça. El extremo del Athletic parecía estar en la órbita blaugrana, y muchos lo veían como la guinda al ataque de Xavi. Pero lo que parecía un simple culebrón de verano terminó con un giro inesperado. Ahora, Deco ha destapado lo que realmente pasó, y sus palabras han dejado KO a medio San Mamés.
🔥 Un mercado cargado de humo
El Barça buscaba un extremo con desborde y gol. Luis Díaz fue imposible. Rashford parecía un sueño lejano. Y entonces apareció Nico, con su velocidad, regate y la ilusión de muchos culés. La historia prometía… hasta que saltó por los aires.

🚨 El movimiento oculto
Deco ha dejado claro que el Barça nunca fue a por Nico Williams. No lo llamó, no lo persiguió. Fueron sus agentes quienes se plantaron en las oficinas del Camp Nou ofreciendo al jugador una y otra vez. La revelación ha generado un terremoto, porque desmonta la narrativa de que el Barça “iba detrás” de la joya de Lezama.
💼 Condiciones inaceptables
Las negociaciones arrancaron, sí, pero pronto se torcieron. El entorno de Nico empezó a exigir cláusulas “bomba”, como la posibilidad de romper el contrato si el club no lograba inscribirlo. Una trampa que habría dejado al Barça vendido. Deco lo tuvo claro: “El Barça pone las condiciones, no los jugadores”.

💣 El misil de Deco contra Bilbao
Y llegó la frase que encendió todo: “El Bilbao no es ningún ejemplo para nada”. Una declaración brutal, lanzada después de que el club vasco llegara incluso a consultar con LaLiga sobre la situación económica culé. Un gesto que en el Barça se interpretó como una provocación. Deco no se mordió la lengua y dejó al Athletic retratado.
🥶 Sin condicionantes ni chantajes
El director deportivo fue tajante: “Ninguno nos va a condicionar. Pusimos las condiciones del club y no las aceptaron. Punto final”. Con esta respuesta, el Barça no solo cerró la puerta a Nico, sino que envió un mensaje a todo el mercado: aquí manda el Camp Nou, no los representantes.

✅ Rashford como plan B… o plan A
El Barça no se quedó parado. Con Nico fuera de la ecuación, la dirección deportiva activó un plan más ambicioso: la cesión de Marcus Rashford, un nombre de más peso mediático y perfil más cercano a las necesidades del equipo. La jugada salió mejor de lo que parecía, mientras en Bilbao quedaban con la sensación de que su estrella estuvo a punto de marcharse… pero sus agentes lo estropearon.



