En La Masia no hay respiro. Cuando parece que no puede surgir otra joya, aparece un nuevo talento dispuesto a romper moldes. Y el último nombre en brillar con fuerza propia es Sama Nomoko, el extremo maliense de apenas 17 años que está revolucionando el Barça Atlètic. Lo suyo ya no es una promesa, sino una realidad en construcción que amenaza con llegar antes de lo previsto al primer equipo.
Su actuación en el Camp d’Esports de Lleida, pese a la derrota del filial por 3-2, fue un auténtico espectáculo. Una exhibición de desborde, velocidad y lectura del juego que dejó a los presentes con la sensación de estar viendo algo especial. Cada vez que tocaba el balón, pasaban cosas. Y aunque los delanteros no tuvieron su tarde, la asistencia que sirvió a Víctor Barberá fue solo una muestra más de su clarividencia ofensiva.

Un talento que recuerda a Lamine
Las comparaciones son inevitables. La irrupción de Nomoko tiene ecos de la de Lamine Yamal, que pasó fugazmente por el Barça Atlètic antes de conquistar al mundo con el primer equipo. Ambos comparten posición, descaro y una forma de entender el fútbol que desarma rivales con naturalidad. Sin embargo, esa coincidencia también representa un pequeño dilema para Hansi Flick, que ve cómo se acumulan los talentos de banda derecha en la cantera azulgrana.
Pese a ello, el técnico alemán no pierde detalle. Desde hace semanas, Flick y su cuerpo técnico reciben informes constantes sobre el rendimiento de Nomoko, y las sensaciones son unánimes: el chico está preparado para algo más. Su capacidad para romper líneas, combinar con sentido colectivo y su compromiso defensivo lo convierten en un futbolista moderno, muy del gusto del entrenador.

El recital de Lleida
Ante el Atlètic Lleida, Nomoko fue un auténtico quebradero de cabeza. Repetidamente encaró, superó a su par y generó peligro por banda. Su repertorio incluyó regates eléctricos, cambios de ritmo imposibles y centros medidos. Solo la gran actuación del meta local, Pau Torres, evitó que el resultado reflejara su dominio.
Más allá del espectáculo visual, lo que más llama la atención es su madurez táctica. Nomoko no juega para la grada, juega para el equipo. Cada decisión tiene un propósito: abrir el campo, atraer rivales, asistir. Como apuntan desde el cuerpo técnico, “lo más impresionante no es lo que hace, sino cuándo y por qué lo hace”.
Jaume Marcet y la confianza en La Masia
El periodista y analista Jaume Marcet, experto en la cantera azulgrana, lo resumió hace pocos días al hablar sobre el debate entre fichar talento externo o apostar por lo propio:
“Tengo dudas de que mejore lo que hay en la cantera”, dijo en referencia a nombres como Roony Bardghji.
La frase cobra aún más sentido viendo el nivel de Nomoko. ¿Realmente necesita el Barça mirar fuera cuando jugadores así esperan su oportunidad? La Masia sigue produciendo perfiles que, con paciencia y buena gestión, pueden dar al primer equipo lo que ningún fichaje garantiza: identidad y ADN Barça.
Camino al primer equipo
Nomoko sigue siendo juvenil, pero su paso por el Barça Atlètic ya empieza a quedarse corto. En el club lo saben, y su entorno trabaja con discreción y prudencia, sin precipitar los tiempos. La idea es que siga creciendo en el filial, acumulando minutos y responsabilidades, pero sin descartar que Flick le dé una oportunidad en Copa o incluso en alguna convocatoria liguera.
El propio Juliano Belletti, responsable de su seguimiento, ha sido clave en su evolución. Bajo su tutela, Nomoko ha mejorado su físico, su capacidad de decisión y su constancia.
Si mantiene este nivel, no será una cuestión de “si” llegará al primer equipo, sino de “cuándo”. La Masia vuelve a iluminar el camino, y Sama Nomoko es su nueva chispa.



