En la Ciutat Esportiva, las alarmas se han encendido ante la posibilidad de una recaída. Hansi Flick ha pedido máxima precaución y ha reducido la carga física del jugador durante las últimas sesiones. Nadie dentro del staff quiere correr riesgos con la joya más valiosa del proyecto azulgrana.
El Barça activa el protocolo de emergencia médica
Los servicios médicos del club trabajan actualmente con especialistas externos en pubalgia para evaluar la situación con precisión. El objetivo es anticiparse a un posible empeoramiento y actuar antes de que el problema sea irreversible. El diagnóstico general apunta a que el jugador todavía no se encuentra al nivel físico óptimo.
El plan de acción incluye fisioterapia personalizada, ejercicios de fortalecimiento y un control riguroso de minutos de competición. En el Barça reconocen que la pubalgia es una dolencia traicionera, capaz de reaparecer con cualquier sobreesfuerzo. Por ello, se valora incluso una parada programada si los síntomas persisten más de lo previsto.
Fuentes del club señalan que las sensaciones no son alarmantes, pero sí lo suficientemente preocupantes para mantener la vigilancia. El recuerdo de anteriores recaídas de otros jóvenes de La Masia obliga a ser prudentes. Ningún escenario de riesgo será asumido si compromete el futuro del jugador.
Un historial que despierta temores internos
Lamine Yamal ya atravesó un episodio similar y logró recuperarse con trabajo y paciencia. Sin embargo, las molestias nunca desaparecieron completamente y podrían haberse agravado con la acumulación de minutos. Entre selección y club, el futbolista ha soportado una carga de partidos poco habitual para su edad.
El cuerpo técnico teme que esa sobreexposición derive en una pubalgia crónica si no se gestiona adecuadamente. Por eso, Flick considera indispensable una planificación específica de esfuerzos y descanso. El entrenador alemán entiende que la salud del jugador debe situarse por encima de cualquier urgencia deportiva.
La dirección deportiva, por su parte, sigue muy de cerca el caso por sus implicaciones deportivas y económicas. Lamine Yamal no solo es una pieza esencial en el proyecto de presente, también un activo de futuro. En los despachos son conscientes de que cualquier recaída podría tener consecuencias a nivel de valoración y mercado.
Soluciones a corto plazo
El Barça afronta este contratiempo en un contexto de gran presión competitiva y limitaciones por el fair play financiero. Un parón prolongado de Lamine obligaría a Flick a reorganizar su esquema ofensivo con soluciones internas. El técnico ya trabaja con varias alternativas tácticas para evitar la dependencia total de su talento.
Deco y su equipo analizan posibles movimientos de refuerzo de bajo coste si el problema se alarga demasiado. Sin embargo, cualquier incorporación deberá encajar en los márgenes del control económico de LaLiga. La prioridad sigue siendo cuidar al jugador y evitar decisiones precipitadas que comprometan el equilibrio del vestuario.
El vestuario, mientras tanto, transmite apoyo absoluto a la joven estrella, símbolo de la nueva generación culé. Los capitanes le han aconsejado paciencia y reposo, conscientes de la importancia de su recuperación completa. En el club coinciden en que su bienestar está por encima de cualquier calendario o resultado inmediato.



