En plena recta final del mercado de fichajes, el FC Barcelona se encuentra ante una encrucijada decisiva. Con el objetivo de cuadrar cuentas, inscribir nuevos jugadores y cumplir por fin con la tan ansiada regla del 1:1, la dirección deportiva liderada por Deco ha activado el “modo operaciones urgentes”. Y entre las primeras consecuencias figura el nombre de Marc Casadó, que ha pasado de ser una promesa intocable a estar en el escaparate.
Según ha avanzado SPORT y confirmado La Vanguardia, el club blaugrana ya ha comunicado al entorno de Casadó que está dispuesto a escuchar ofertas por él si llegan propuestas que satisfagan a todas las partes. Se trata de un giro inesperado respecto a meses anteriores, cuando el Barça barajaba incluso mejorarle el contrato. Hoy, esa renovación está congelada y su continuidad, más en duda que nunca.

El caso de Casadó es paradigmático de la situación actual en el centro del campo culé: hay overbooking evidente. Hansi Flick cuenta con dos intocables –Frenkie de Jong y Pedri–, y detrás una nómina de talentos que se disputan minutos con uñas y dientes: Gavi, Fermín, Dani Olmo, el propio Casadó y un Marc Bernal que es la gran apuesta de futuro. Con tantas opciones, la realidad es que no hay sitio para todos, y Casadó podría ser uno de los damnificados.
El futbolista, que vivió un segundo tramo de temporada pasado muy discreto debido a una lesión y a la confianza total de Flick en De Jong, no tiene intención de salir por ahora. Está cumpliendo el sueño de defender los colores del club de su vida y quiere seguir luchando. Pero si su situación no mejora antes de enero, otro escenario podría abrirse. El problema es que el Barça no puede esperar tanto: necesita vender ya.

Y ahí es donde entra el verdadero rompecabezas de Deco. El director deportivo tiene como misión inmediata cerrar al menos una venta millonaria en los próximos días para poder inscribir a jugadores clave como Joan García y, sobre todo, Rashford. LaLiga sigue presionando para que haya una gran salida, y el Barça lo tiene claro: es ahora o nunca.
Además de Casadó, hay otros dos nombres marcados en rojo como posibles sacrificios de mercado: Andreas Christensen y Fermín López. Ambos tienen pretendientes de peso y dejarían una buena suma en caja. La directiva lo tiene claro: uno de los tres debe salir si se quiere desbloquear el mercado. Ninguno quiere irse, pero el club ya está preparado para mover ficha si es necesario.

En paralelo, el Barça también planea dar salida a Iñaki Peña –si se confirma la inscripción de Joan García– y a Oriol Romeu, a quien ya se le busca una rescisión pactada. Son movimientos necesarios para aligerar masa salarial y hacer hueco a nuevas incorporaciones.
Porque sí, el Barça no solo quiere vender: también quiere fichar. Con la inscripción de Rashford como prioridad inmediata, el siguiente paso sería reforzar los laterales. Hay varios nombres avanzados, pero la dirección deportiva necesita margen económico para cerrar cualquiera de ellos.

Deco, que está con la expedición azulgrana en Seúl, regresará esta semana a Barcelona para liderar personalmente las últimas negociaciones. Todo apunta a que los últimos días de mercado serán frenéticos. Y si no hay sorpresas, el sacrificio de un jugador importante será el detonante de un nuevo impulso para el proyecto de Flick.
La cuenta atrás ha comenzado. Y en el Barça, todos los caminos conducen a una gran venta. Casadó, Christensen o Fermín: uno de ellos podría ser el elegido para activar el efecto dominó que necesita el club. La decisión está cerca… y promete ser dolorosa.



